lunes, 9 de mayo de 2011

Eight Street: la calle de la gente feliz

Hace varias décadas los cubanos llegaron a Miami para hacer de esta ciudad su nuevo hogar. Hoy en día, La Pequeña Habana —como se le conoce a la calle 8— es una muestra del carácter alegre y relajado de este pueblo que ha sumado otras nacionalidades latinoamericanas en este mosaico multicolor

Mariela Díaz Romero




Sólo un latinoamericano, un caribeño, como Héctor Lavoe, podía haber cantado el coro de aquella canción que decía: “Vivir sin sentir vergüenza de vivir feliz…”. Si algún pueblo del mundo se jacta de esta condición es el gentilicio latinoamericano, que ha llevado su alegría, su desparpajo y su salero allí adonde por diversas causas le ha tocado ir. La calle 8 de Miami, mejor conocida como Pequeña Habana o Little Havana es una muestra de ello.

Ubicada entre la calle 12 y la avenida 27, en el condado de Miami-Dade, Eight Street tiene una historia que se remonta a la década de los 50, específicamente al año 1959 cuando esta ciudad fue el destino elegido de los cubanos que debieron emigrar de su país en el momento que la Revolución Cubana llegó al poder. Muchas de las familias pudientes que hacían vida en la isla mientras estuvo bajo la dictadura de Fulgencio Batista debieron salir hacia un exilio, que persiste hoy en día.

Esta circunstancia hizo de la capital de la Florida, según cifras del censo norteamericano para el año 2008, la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos, con 5,4 millones de habitantes. De éstos, 34,1% son cubanos. Asimismo, según un estudio realizado por el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas, es la primera ciudad del mundo con mayor cantidad de residentes nacidos fuera del territorio, seguida por Toronto, Canadá. No obstante, Eight Street es hoy en día una mixtura de inmigrantes que han llegado desde todos los rincones de Latinoamérica: Nicaragua, Haití, Honduras, República Dominicana, Colombia, Venezuela… para llenarla de alegría de vivir, cálida diversión y sabor tropical.

Carnaval
Uno de los eventos más esperados por todos los latinoamericanos de Estados Unidos es el popular y concurrido Carnaval de la Calle 8. Por una semana del mes de marzo, millones de personas se gozan la fiesta del Rey Momo que, a lo largo de 23 cuadras, ya ha sido incluida en el Guinness Book of World Records por haber hecho gala, un 13 de marzo de 1998, de la fila más larga de la historia conformada por 119.000 almas que movieron sus cuerpos al ritmo de la conga.

Además de buena música, comida típica, disfraces y comparsas, el Carnaval de la Calle 8 convoca a un conglomerado que sabe cómo disfrutar las cosas buenas de la vida. Hoy por hoy estas fiestas son amenizados por artistas internacionales como Oscar De León, el grupo Niche, el Gran Combo, Sergio Vargas, Carlos Ponce, entre muchos otros.

Viernes culturales
Quizás nunca pensaron los organizadores de aquel primer festival carnestolendo que se llevó a cabo un 9 de marzo de 1978, que este evento se convertiría en un símbolo del espíritu festivo de la comunidad hispana que hace vida en Eight Street. Y es que aquí la pachanga no se limita al Carnaval. Teatros, parques, restaurantes, cines y cafés realizan múltiples actividades que dan cuenta de la diversidad cultural latinoamericana. Uno de ellos son los Viernes Culturales o Cultural Friday. El último viernes de cada mes la fiesta latina se apodera de la calle: música, bailes, performances… entre otras manifestaciones son cita obligada para muchos que con sus familias buscan relax y diversión aderezada por la degustación de un buen plato típico y de una bebida refrescante.

El parque Máximo Gómez, mejor conocido como el parque del Dominó, es el sitio de reunión de la vieja generación de cubanos, que al golpeteo de las comúnmente llamadas “piedras blancas” comentan las noticias y el devenir del día a día. Verlos jugar dominó o ajedrez es una buena ocasión para hacer un break bajo los árboles frondosos del lugar. Muy cerca de allí se encuentra el Paseo de las Estrellas de la Pequeña Habana. Aquí actrices, actores, cantantes, escritores y en general los artistas latinoamericanos tienen el sincero reconocimiento de sus paisanos.

Cuando haya pasado la efervescencia de la celebración, diríjase a la esquina con la calle 13. Aquí, en un parque se rinde homenaje a diferentes héroes de la isla. En este remanso los monumentos rememoran las acciones patrióticas de personajes de la historia cubana como José Martí y Antonio Maceo. La llama del recuerdo arde en memoria de los héroes caídos en la invasión de Bahía de Cochinos. La Ceiba espléndida que abre su ramaje para cobijarlos con su sombra guarda también numerosos objetos que, a su pie, arrojan los visitantes. Una leyenda urbana dice que los objetos deben permanecer en su sitio. De lo contrario, el sustractor verá pagada su osadía con largos años de “very bad luck”.

Comer y beber
Degustar la gastronomía cubana es un impelable de esta gozadera. Si de algo puede dar muestra la Calle 8 de Miami es la de contar con restaurantes de comida cubana donde podrá saborear los plátanos maduros, tostones, palomilla, ropa vieja o moros y cristianos.
En El Pescador sirven una buena tortilla de camarones o si lo prefiere pida croquetas de pescado. Casa Juancho es otra opción para degustar frutos del mar acompañados por un buen vino. Merengue Café y Restaurant ofrece platos típicos de la cocina dominicana como chivo, mofongos y habichuelas con dulce. Eso sí, adonde quiera que vaya no deje de sorber el tradicional Mojito cubano, bebida a base de ron, vodka, azúcar en el borde del vaso, en el fondo hierbabuena y mucho hielo picado!


(Artículo publicado en SBA Report. 2009)

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